viernes, 11 de marzo de 2005

Homenaje a las hormiguitas

Hoy se cumple un año desde los atentados en Atocha, y hacer mi aportación al recuerdo general. Llevo más de un año sin pisar Madrid, y no he podido hacer presencia en ningún homenaje. Así que desde estas líneas de mi modesto blog, quiero publicar mi solidaridad y enviar todos mis mejores deseos a todos los curritos de España, que hoy aún se sienten vulnerables.

Para los que somos de Madrid, en especial de la zona sur y este, cuando decimos "En esos trenes íbamos todos" nos sale del corazón. Porque es verdad. Porque muchísimos de nosotros hemos cogido esos mismos trenes, a esas horas, para ir a estudiar o trabajar. Es la línea que durante 6 años cogí para ir a estudiar a la Autónoma, en el mismo andén donde explotó la primera bomba.

Lo primero que te viene a la cabeza es todos tus amigos y compañeros, todas esas personas con las que has compartido viaje tantas mañanas. Nadie de mi círculo más cercano resultó afectado, aunque más de uno se libró por los pelos. Sí conozcía a una de las víctimas, Abel, que fue compañero de instituto y cumplía años ese día; otra compañera de instituto perdió a su hermano. Sin embargo te da la impresión de que conoces a todo el mundo. Y así es, conoces a todos, porque has viajado con ellos tantas mañanas de tu vida que ya forman parte de ella. A los estudiantes como yo que leían sus apuntes en el tren. A los que iban escuchando a Gomaespuma y se reían solos cuando el resto del vagón estaba medio dormido. Al niño de la Gameboy, que se sentaba en frente mía y me daba patadas en la espinilla mientras jugaba al SuperMario. A las señoras que se ponían a discutir alegremente los cotilleos de la tele, y que hablaban tan alto que no me dejaban dormir en el asiento. A los emigrantes que iban a trabajar con una actitud digna y conversaban con sus compatriotas en un precioso acento sudamericano o en lenguas que nunca entenderé. A los chicos y chicas que flirteaban de camino al instituto. Todos ellos íbamos como sardinas en lata en aquellos vagones; a veces escuchando música clásica a todo volumen porque el conductor así lo había querido. ¡Ya era hora de que nos despertáramos, hombre!

Los cercanías son los trenes de las hormiguitas, los que tenemos que currar todos los días, haciendo nuestras cosas pequeñas que para nosotros son un mundo. Las hormiguitas hemos sido las víctimas, y no algunos políticos con muy poca vergüenza. Soy una hormiguita, y hace un año muchas hormiguitas compañeras de viaje se quedaron en el camino, y a otras se lo cambiaron por completo. Y otras muchas han de coger el tren todos los días, porque ni siquiera se pueden permitir el lujo de cambiar de ruta.

Con todo mi cariño, para todas las hormiguitas.

martes, 1 de marzo de 2005

Reflexiones Post-Oscars 2005

Hete aquí la lista de ganadores de los oscar de este año. No se me dió mal la quiniela, 12 aciertos (incluyendo Fotografía y montaje para The Aviator, que no puse en la quiniela que publiqué. Paquito, nos saltamos esas categorías cuando hicimos la quiniela... Qué mal andamos).

Al final tuve razón--si ganaba Mar Adentro, tenía que ganar Million Dollar Baby,y así fue. Pobre tito Marty, que se ha quedado a dos velas, incluso cuando hace una peli para agradar a los apolillados académicos. The Aviator no es una típica película de Scorsese, es un voto de amor al cine de Hollywood, su Schindler's List
. Lo malo es que los logros de la película resultan evidentes a los cinéfilos, mientras que Million Dollar Baby llega a todo el mundo. Es más fácil empatizar por alguien que lucha por salir adelante que con un muchimillonario megalómano, mujeriego y obsesivo-compulsivo. Como dice Matt (mi compañero de fatigas), en realidad Eastwood ha hecho una película de Hollywood disfrazándola de película independiente, mientras que Scorsese ha seguido en su línea independiente disfrazándola de película de Hollywood. Total, que al final todo queda en casa.

Este año no me cabreé mucho con los premios, porque hubo bastantes coincidencias en la segunda columna las veces que fallé. Hubo más alegrías: Amenábar; Thelma Schoonmaker por montaje, quien lleva trabajando con tito Marty desde Raging Bull (Toro Salvaje), así que es como si le hubieran dado un cachito de premio a Scorsese; el flipado de Charlie Kaufmann (los académicos todavía se acuerdan de Eternal Sunshine, aunque se estrenó hace más de un año!); la Blanchett, Morgan Freeman.

Comentarios varios:

- Me encantó el detalle de Jorge Drexler, que pasó de discurso de agradecimiento para cantar un trocito de su canción él mismo. La organización no le dejó cantar en directo, supongo que porque no es lo suficientemente conocido para ellos, y dejaron a Antonio Banderas interpretar la canción bastante pasado de rosca. La carita de Drexler al final de la canción era un poema. Así que Jorge Drexler se vengó.

- Siguendo con las canciones, qué horror Beyoncé, también pasada de rosca. Supongo que el hiperdramatismo es lo que les mola en Hollywood, pero al resto del mundo nos da urticaria. Se cargó inmisericordemente la canción de Les Choristes, con esos gritos y gorgoritos (qué tenía de malo el coro???). La de Phantom of the Opera estuvo algo mejor, aunque la canción tampoco es gran cosa, incluso cuando el mismo Lloyd Weber acompaña al piano. Y la de The Polar Express... pues directamente quité el sonido; por la Beyoncé, y porque no pueeeeedo con las baladitas.

- Se agradece que espabilaran la ceremonia, para que el personal no se durmiera. Casi se hizo entretenido y todo. Eso sí, dar los premios en el pasillo me pareció una cutrería. Como dijo Chris Rock (que fue un digno presentador), a este paso el año que viene ponen un 'drive-through'* para repartir los oscar.

- Sección marujeo: Que alguien le diga a René Zellweger que no tiene glamour, que sus pintas de granjera no pegan con lo que se pone. Me encanta como actriz, pero sus ínfulas de elegancia me dan pena. Cuando recogió el oscar el año pasado, su falsa modestia me resultó patética. Y el moreno teñido le sienta fatal.

En general, la ceremonia no tuvo muchos incidentes, aparte de la bombilla que explotó cuando hablaba Jeremy Irons (quien salió al paso elegantemente, "Fuera quien fuera, espero que haya fallado"). No fue ni especialmente conmovedora, ni emocionante. Tuvo sus puntos, pero ya está. Ahora sólo me queda ver un par de peliculillas que se me han quedado en el tintero (Sideways y Hotel Rwanda), pero por lo demás, por fin se acabó la temporada de premios.

*Para los que no lo sepáis, un 'drive-through' es una sección de los restaurantes de comida rápida, donde pides lo que quieres desde el coche y te lo dan por la ventanilla. Típico americano.